Inicios

 

La Catequesis del Buen Pastor es considerada por muchos, dentro del mundo catequístico de la Iglesia, como una inspiración del siglo veinte que presenta un gran aporte a la catequesis en la Iglesia del tercer milenio, y es considerada como “un don para la Iglesia”.

Comenzó en 1954, en la sala de una casa de la antigua Roma, cerca del Vaticano.
En el libro “El Potencial Religioso del Niño” de Sofía Cavalletti, narra ella misma como comenzó esta catequesis:
“Nació en 1954 bajo el impulso de la alegría de tres niños: Enrico de 6 años, Paolo de 7 y Massimo de 6; se encontraron por primera vez con una catequista “improvisada”. Paolo no tenia muchas ganas de venir, porque era su único día libre; la catequista, por otra parte, era completamente inexperta y carente de cualquier equipo de material que pudiera ayudar a los niños; no tiene más que la Biblia. La catequista abre la Biblia en al primera página lee y ayuda a los niños a penetrar en el texto. Pasan de prisa dos horas y cuando la mamá de Paolo llega a recogerlo, los ojos del niño se llenan de lágrimas, no quisiera irse. Massimo está dispuesto a renunciar a sus amadísimas lecciones de música, porque quisiera venir “todos los días” porque “esto es más importante”. ”

De esta manera tan sencilla nació la Catequesis del Buen Pastor, como una “aventura”, descrita así por Sofia Cavalletti.
“¿Qué es una aventura? Es algo que se desarrolla de modo inesperado, que se inicia sin tener un proyecto, un programa, sin saber a donde nos llevará, sin buscar la preparación de los instrumentos que podrían sernos necesarios; algo para lo cual se parte sin equipaje. En otras palabras, es algo que se inicia sin saber que se inicia.”

Sofía fue encontrando en su experiencia con los niños una respuesta de gozo y paz, al ayudarles a encontrarse con Jesús a través de la escucha y la meditación personal de la Palabra en la Biblia. “No se cansaban con algunos temas, en especial: la Luz, el amor personal del Buen Pastor, etc. los repetían en su trabajo personal, en su oración, muy concentrados y por mucho tiempo” (dice en su libro “El Potencial Religioso del Nino”.)

Sofía se unió en su trabajo con un equipo de personas, entre ellas, Gianna Gobbi, discípula y colaboradora de la Dra. María Montessori. Gianna aportó a la catequesis sus profundos conocimientos y experiencias sobre el niño y la filosofía de la propia María Montessori, para lograr una catequesis no solo “para el niño” sino “con el niño”.

Se unió también al equipo la Dra, Silvana Quatrocchi Montanaro, médico psiquiatra y dirigente de los cursos a nivel internacional del “Desarrollo y pedagogía para los niños de 0 a 3 años de edad”.

Esta catequesis ha sido el fruto de la alegría de los niños en su encuentro con Dios. Ha sido una investigación experimental permanente durante todos estos largos años con niños de tres a doce años de edad. Se ha extendido a ambientes sociales diversos y culturas muy diferentes. Su crecimiento se ha dado de manera silenciosa y sin buscar reconocimiento, como germina la semilla de mostaza en el Evangelio.

En 1975, Sofía fue invitada a dar un curso sobre “La religiosidad del niño” en St. Paul, Minessotta, en una convención de Escuelas Montessori. Asistieron al curso dos mexicanas de Monclova, Coahuila, quienes la invitaron a venir a México en el verano de 1976. A partir de entonces volvió ella y algunas de sus colaboradoras desde Roma a México en los veranos de 1978, 80, 81 y 82. Después en septiembre de 1983 vino a Chihuahua. En todos estos cursos fueron preparándose catequistas, muchas de ellas hasta el presente siguen trabajando, ya sea en “atrios”, o sea en ambientes especiales preparados para la catequesis, o con los álbumes y guías escritos por Sofía Cavalletti y Gianna Gobbi.

Sofía Cavalletti ha sido acreedora a un reconocimiento especial, por parte de la Iglesia, por sus aportaciones a la renovación y al desarrollo de la Catequesis, según palabras de Monseñor Francisco María Aguilera, Obispo Auxiliar de México, quien ha dado todo su apoyo a la Srita, Cavalletti desde que fuera presidente de la Comisión Episcopal de Evangelización y Catequesis en México.

La Catequesis del Buen Pastor se ha extendido a más de 55 países en el mundo como Canadá, Estados Unidos, México, Colombia, Panamá, Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Alemania, Croacia, Australia, etc. Muchos de ellos gracias a la presencia de las comunidades de las Hermanas Misioneras de la Caridad que evangelizan a través de los mensajes de esta catequesis.

Esta difusión también ha sido ecuménica principalmente en la iglesia episcopaliana, metodista y luterana de Estados Unidos de Norte América.

En 1996 se forma el Consejo Internacional de la Catequesis del Buen Pastor (Consiglio Internacional) en Roma; está constituido por personas que representan los diferentes países en donde la catequesis lleva varios años establecida y donde se han formado ya sus respectivas Asociaciones Nacionales.

Durante toda su vida Sofía continuó trabajando, estudiando, recopilando y contemplando experiencias de niños y catequistas del Buen Pastor de diferentes partes del mundo y escribió continuamente sus reflexiones sobre este DON.