El 30 de marzo de 2018, Viernes Santo, día en que celebramos la Pascua de Jesús, nuestra querida Silvana Quattrocchi Montanaro también vivo su pascua llevada en los hombros de Jesús el Buen Pastor a habitar por siempre en la casa de Dios Padre.

La Dra. Montanaro fue una parte vital de la comunidad original fundadora del Atrio de Roma a través del desarrollo de la Catequesis del Buen Pastor y su contenido, así como amiga cercana y colega de Sofía, Gianna, Tilde y el Padre Mongillo. Como un miembro fundador y siempre activo de la Asociación Italiana original dedicada a la Catequesis del Buen Pastor (Asociación «Maria Montessori» para la Formación del Niño), fue incansable en su generosidad al servir al crecimiento de la Catequesis del Buen Pastor, y apoyando a las personas involucradas en ella, ayudada por su facilidad en muchos idiomas. Cuando se creó el “Consejo Internacional” aportó toda su experiencia de organizadora para hacer una “estructura” ágil, simple, también eficiente y funcional. Junto con Sofía y Gianna trabajó muchísimo para difundir nuestra catequesis fuera de Italia, a garantizar la fidelidad de la inspiración montessoriana que constituía para ella el gran tesoro de su trabajo.

Desempeñó un papel importante en la formación de catequistas que estuvieron involucradas en la catequesis con adolescentes. Ella participó con entusiasmo en los días de recolección y retiros para adultos conectados al Centro. Fue el orador principal en la Primera Reunión Internacional de Catequistas en Roma (1993) y, a partir de entonces, en las reuniones del Consejo Internacional (Consiglio).

Siempre fue cálida y acogedora al ofrecer sesiones individuales o de pequeños grupos en su hogar, para catequistas de todo el mundo, tanto en la catequesis como en su especialidad con niños de 0 a 3 años de edad. Tuvimos el privilegio de ser uno de esos pequeños grupos las 3 representantes de México durante una semana alrededor de la mesa de su comedor desde temprana hora hasta el atardecer gozando del compartir sus conocimientos y sabiduría con nosotras. Fue en ese entonces cuando ella nos manifestó su deseo de venir a México a compartirnos un seminario sobre “CONOCIMIENTO FÍSICO PSICOLÓGICO Y AFECTIVO DEL NIÑO, DE LA CONCEPCIÓN A LOS 3 AÑOS DE VIDA” que se realizó en la ciudad de Guadalajara del 2 al 6 de Junio de 2008, con la asistencia de 96 catequistas y algunas guías Montessori.
Quedó grabado en nuestro corazón este pensamiento sobre el niño escrito por ella:

Sus propias palabras:

“Considera por un momento la forma en que Dios invita a nuestra colaboración. En relación
con Dios, somos más dependientes de lo que el niño es en relación con nosotros, sin embargo, Dios nos pone en el corazón de la creación, nos da el mundo entero y nos dice: «Esto es todo para ti. Haz lo que puedas. Úsalo responsablemente y sabiamente”. Dios nos invita a ser colaboradores en la creación. Recuérdalo en tu relación con el niño y su actitud se convierte en la actitud de alguien que recibe a una persona importante-como lo que realmente es el niño, que tiene un gran potencial y necesita tu ayuda para crecer”. (The Good Shepherd and The Child: A joyful Journey, página 20)

“¡Que maravilloso eres!
Tienes un cerebro interno con un poder inmenso
Y también tienes manos maravillosas capaces de ejecutar cualquier cosa que puedas pensar.

Cuando estos dos regalos extraordinarios que te da la vida trabajan juntos, Tu puedes lograr cualquier cosa que quieras.
Todo a tu alrededor es para tu desarrollo personal.
Y de la sociedad en la que vives.
Nosotros, padres y maestros estamos aquí para asistirte en esta tarea.”

Silvana Quattrocchi Montanaro.

Apoyó muchas iniciativas de aquellos involucrados en la Catequesis del Buen Pastor en todo el mundo.
Del 1979 al 1982 vino a nuestro país a dar curso de 1er, 2º y 3er nivel junto con Sofía.
En la 2ª. Reunión Nacional de la Catequesis del Buen Pastor en la ciudad de Mérida Yucatán en 1999 participó como conferencista y muchos de los asistentes a la cena de clausura tuvimos el gusto de oírla acompañada por Tilde Cocchini cantarnos canciones napolitanas y especialmente su canción mexicana favorita “Solamente una vez, amé en la vida”.

También capacitó a educadores en el método de entrenamiento autogénico-respiratorio y preparó a los futuros padres con este método, además de ofrecer conferencias y debates sobre los primeros años de vida. Dirigió los cursos de la Asociación Montessori Internationale (A.M.I.) Asistentes a la Infancia en Roma (Italia), Denver (EE. UU.) y Londres (Inglaterra).

La Dra. Montanaro obtuvo su licenciatura en medicina y cirugía en la Universidad de Roma. Se especializó en psiquiatría y fue considerada una experta en los desafíos de los años formativos del desarrollo infantil. Durante muchos años dio conferencias sobre salud mental y neuropsiquiatría en el Programa Scuola Assistenti all’Infanzia (Asistentes a la Infancia) en Roma para ayudar a preparar a los adultos para cuidar a niños menores de tres años.

Estaba formada en el campo bíblico y teológico, asistió a los cursos de exégesis en el Instituto Bíblico habiendo obtenido el Diploma, -¡una de las primeras mujeres!-!: sus hijos, en broma, la llamaban la «bíblica»!

Recordaba con grandísimo amor y gratitud los cursos sobre el Nuevo Testamento del Padre Carlo Maria Martini, que sería después cardenal… junto con Sofía Cavalletti y Tilde Cocchini , tomó muchos cursos con padre Mongillo en el Angelicum …

Los escritos de la Dra. Montanaro incluyen: Comprendiendo al ser humano: La importancia de los primeros tres años de vida, El niño es el padre del hombre (Roma: Edizioni Opera Nazionale Montessori, 2003) y coautor del libro The Good Shepherd and the Child: A joyful Journey (Liturgy Training Publications, 2013) de Sofia Cavalletti, Patricia Coulter, Gianna Gobbi y Rebekah Rojcewicz.

No sólo tenía los dones pedagógicos y psicológicos necesarios para el desarrollo de CBP, sino que era también una extraordinaria “ama de casa”, gran cocinera, y disfrutaba tejiendo “Agarraderas” para coger las ollas calientes que tejía por cientos y las regalaba a quienes la
visitaban.

Y por supuesto que le gustaba mucho cantar. Aquí la podemos ver con Augusta cantando en la celebración del aniversario 90 de Sofía.

Ella nos deleitó con su brillantez y vivió sirviendo y abogando por la vida del niño. Su legado en nombre de la Catequesis del Buen Pastor es profundo y duradero. Ella era una mujer de gran fe, profunda oración e intensa participación en la vida litúrgica (como en su práctica de la Eucaristía diaria).

Silvana querida, serás extrañada por muchos, siempre te recordaremos… Hasta siempre, ¡nos vemos en la Parusía!